TEXTOS/ Grandioso festival carnavalesco en Guaymas (1907)

GRANDIOSO PESTIVAL CARNAVALESCO EN GUAYMAS (1907)

Fragmento de la crónica de los festejos del Carnaval de 1907, publicado en el periódico El Imparcial de Guaymas,
13 de Febrero de 1907
La Capilla Ardiente
El grandioso festival carnavalesco de este año dio principio con el entierro del malhumor efectuado con toda la pompa del rito homérico la noche del último sábado. Desde muy temprano, por la tarde fue colocado sobre irrisorio catafalco de la capilla ardiente el pelele simbólico.

Dicha capilla ardiente fue construida ad hoc sobre la fuente de la plaza “13 de Julio”. Luminosamente ridícula llamaba todos los requisitos y detalles de la farsa grotesca. La inventiva romaica se veía en ella en todas sus manifestaciones. Las colgaduras de crespón negro haciendo juego con las rojas de raso chillante. Los incontables bouquet de flores mustias, con ramas de yerbas secas, inscripciones de brocha gorda, rústicos cirios de ocote, todo presentaba en conjunto la grandeza irrisoria de la muerte de burlas. La locura desbordante celebrando con danzas macabras los funerales del malhumor, para abrirle paso al carnaval que llega con ruidoso estrépito, con su séquito de sonajas y polichinelas de cascabeles y campanitas, de comparsas sueltas y copleros ramplones; la locura en todo el esplendor de su grandeza trágica, de risas y burlas, con alaridos y gritos, músicas y cohetes, la atropellada multitud como oleaje inmenso, impetuoso, terriblemente impetuoso se precipita ente las bramas del buen juicio que muere para hacer surgir la locura delirante.

Y es que en efecto el mal humor ha muerto; el pelele que conducen las multitudes en andas, es mas que un símbolo, porque el entusiasmo es contagioso y esa noche se contagiaron todas.

La tristeza dejo de ser ante las turbas delirantes y frenéticas, ante esas multitudes bullangueras que se apiñan, se atropellan y corren en tropel en pos de agradables sensaciones, de goces inefables y de placeres materiales… CONTINUARÁ

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