TEXTOS/ Guaymas en Carnaval



Guaymas en Carnaval
Darío Galaviz (1951-1993)

Oleadas empáticas en prístinos obeliscos de colores aflora Guaymas precioso en el carnaval sarao.

Caida abundante de alegría lenta,
de alegría suave
y tersa
y olorosa y fragante
hasta la saturación satisfecha.

Guaymas con pícaro antifaz
inserta la incógnita en llameante mirada,
forcejeo sutil,
florida sonrisa
diamantes perfectos
rodeados de cálido rubor.

Guaymas en carnaval se reina
en centro enhiesto de un universo estático,
en brillante galaxia de pirotécnico cuidado,
en carcajada de vidrios de relampagueos armónicos,
en maratónicos Reyes Feos de bailar eterno.

Guaymas ahora se pasea sinuoso
por el disfraz del MUNDO
y se saborea vestido.

Guaymas se vuelca
se corona en fuesta
orlado de una mujer reina
de florido-verdor- saludo continuado.

Guaymas se desfila a sí mismo
bajo confetis espejeantes,
brumas coloreadas
en Febreros –dementes- de vientos.

Llena sus plazas al son de las bandas
azules y rojas
amarillas y blancas.

Guaymas se recibe de extraños
que amiga en el acto
y renueva la fiesta bajo gallos rojizos
que borbotean sangre
que barruntan gritos
todo que se sabe a victoria.

Las noches mismas,
los días solos,
se ponen máscaras de África
y bailan ante un sol vagabundo,
que inciensa chaneles olores,
naturalezas vitales;
y por fin se contemplan
ante la perla de la había detenida,
apenas surcada por castillos efímeros,
a látigos cruzados,
-serpentinas fogosas, violentas-,
al final cansados
por cuerpos-hamacas
de vaivenes inmortales.

Ritual seguido con momo con aliado,
Guaymas se incinera
en la alegría más profunda,
más completa
hasta el desgarre de pupilas,
con el paso preso por la euforia.

Días de fuego con límite el alba
descubren la mujer,
la canción,
la sangre,
la caricia de la mística
que navega por la vigilia de días y de noches alumbradas.

Al final, Guaymas,
te tiñes de gris la frente
y enarbolas sigiloso un manto negro
y recorres el camino
y repisas lo andado
otra procesión de religiosidad recreada.

Comentarios

  1. Dr. John T Urban, Ed. D. jturban@email.arizona.edu03 agosto, 2011

    Hace algunos años que Darío y yo nos divertíamos durante las temporadas de Carnaval. Darío y yo asistíamos al Colegio Navarrete en el aquel entonces. Darío era mi mejor amigo. Como nos divertíamos juntos. Yo iba a su casa y él venía a la mía. Hicimos viajes de compras junots a Nogales de vez en cuando y que travesuras hacíamos. No me sorprende la carrera que escojió. En el colegio siempre ganaba los concursos de poesía. Yo le tenía envidia. Sin embargo, como soy estadounidense, no pude alcanzar el nivel de conocimeinto de la lengua de español como él. Estuve muy orgulloso de él cuando ganaba.

    Ahora todos estos años más tarde decidí tratar de comunicarme con él. Al buscar por la Red, lo primero que apareció era que había sido asecinado. Me puso esta noticia muy triste. Siempre decíamos que éramos amigos para siempre. Sin embargo yo volví a los Estados Unidos para continuar mis estudios y poco a poco nos perdimos en contacto el uno del otro. Darío, te extraño y sí, siempre seremos amigos.

    Si alguien sabe de una manera de comuniar con su familia, por favor que me escriban un mensaje de correo electrónico a jturban@email.arizona.edu Gracias.

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