Textos/ "Romance de la Aventura" Dr. José Gómez García

III Juegos Florales del Puerto de Guaymas

El 10 de Julio de 1854, con motivo del Centario de la Gesta Heroica del 13 de Julio en Guaymas, se llevaron a cabo la celebración de los III juegos florales en el Puerto, los cuales serían el antecedente más inmediato para celebración de los juegos florales del carnaval.(los primeros en 1968 y IV de Guaymas)

En dicho certamen, el mantenedor de los juegos fué el Lic. Pablo Ávila de la Torre y fueron efectuados en el antiguo Teatro Alameda.

Para esta celebración se designó como reina de estos juegos a la señorita martha Martínez Robinson y el poeta laureado de esta justa poetica fué el Dr. José Gómez García, poeta nacido en Orizaba Veracruz, pero radicado en Guaymas hasta su muerte.

Este poema "Romance de la Aventura", habla de la hazaña del Conde Gaston de Raousset Boulbon en la gesta heroica y su "romántica aventura"; un poema "ondulante, rítmico y con la esencia del romanticismo español" a palabras del gran Alonso Vidal (1985).

"Romance de la Aventura"

¡Desde el confin del pasado!
A la aventura de Guaymas,
la “Belle”, burlando a la “Suerte”
se avista por lontananza.

La nave acuchilla el viento
inclinada por la banda
hasta ángulos imposibles,
al sesgo en la marejada.

Columpiada a sotavento,
sobre las ondas, gallarda,
al viento al vuelo las velas,
como dos enormes alas!

Afuera… el mar se revienta,
bramando por la resaca,
con sus plisados de espuma,
y olanes en olas altas!

Aquí…dormida en el puerto,
con el relente propaga
hedor de cieno y marisco
salobre del agua amarga.

La nave en el objetivo
del catalejo se engasta
en los colores marinos
magníficos al diorama.

Busca, buscando el rumbo.
se enfila por la “Bocana”,
tejiendo estelas de espuma,
doblando por “Punta Baja”.


Sólo un hombre en la nave
bien sabe de la asechanza,
que desde mares lejanos
extendiendose hasta la playa!

¡Es un francés! …¡”El Lobenzo”!
el de Aviñon… y prosapia
escrita en su mismo nombre
con un sabor de romanza…

¡Entre gañanes del oro
de aquel giron de la patria,
perdido en cuarenta y siete
por una guerra de infamia!

Viene a forzar la fortuna,
y con “empresas” divaga…

El clima de su aventura
incuba su mismo drama.

Su sueño filibustero
se va cuajando de audacia,
y de conjura en Sonora…
allá por “Tetas de Cabra”!

Le ronda por la cabeza,
a pájaros de la raza,
la conquista de un Imperio
con la punta de la espada!

Así lo quiso el destino…
y la aventura se fragua…
¡cielo arriba y mar enorme
en vaivén de sube y baja!

Frente al pasaje guaymense
que en la extensión se dilata,
¡anegando las pupilas
y bebiendo panoramas!

La nave, de fina línea,
refleja el mar, y retrata,
sacado a formón…su nombre
inverso a espejo del agua!

Que en círculos ondulantes
despliega el tiro del ancla…
y marineros maniobran
y las maromas amarran.

Bajo las gorras marineras,
poblando bigote y barba…
los ojos color de cielo…
idioma de gente extraña!

Impulso del canalete
que el músculo, tenso agarra…
protuberando en los muslos
del hombre que desembarca…

¡Un conde!...como caudillo…
la tropa de mercenaria…
mientras quedaron perplejos
todos los hombres de Guaymas!

Cunde un sopor de modorra,
y la noche desparrama,
por las calle del puerto,
sus silencios de fantasma.

El Conde… de conjurado,
aventurero de Francia,
y de romántico nombre,
como romántica el alma…

Intrépido a la aventura,
con su nobleza de casta…
en Guaymas juega su vida;
jugando su última carta!

El pensamiento inconexo,
con la ilusión de pirata,
inficionando de gloria,
y guapo de aristocracia!

Del trágico “San Francisco”,
soñando en “Planchas de Plata”,
llegó con salvoconducto
al trampolín de la trampa!

De “El Dorado”…California,
que fuera nuestro en el mapa…
el de la fiebre del oro,
y salto de caravanas!

El sueño filibustero
de la conjura insensata,
se escurre por las callejas
de Guaymas…¡como una alarma!

Que el conde de los franceses
sus pelotones destaca
sobre reductos del puerto,
en son como de asonada!

Y Yañez…con los “Urbanos”…
por México, en la batalla,
como este un TRECE DE JULIO,
redobla… a la generala…

Allí…Uruchurtu y Ramírez,
los dos Iberris…Peralta;
con Robinson y Navarro,
y Márquez, y Bazosábal !

Que bien pudieron, acaso,
perder la acción de las armas…
más, ¡nunca! ¡jamás!... la gloria
del triunfo… ¡sin represalia!

Por ley marcial de victoria
hacia el patíbulo marcha
el Conde de los franceses,
perdiendo su última carta…

El hálito de la muerte
Plantado en cada pisada…
suspenso el susto del miedo
en la ilusión que se acaba!

Que con soldados de escolta
ve el Conde por la mañana…
entre silencios de asombro,
a seis de la madrugada!...

El traje, de blanco y negro…
sombrero de “jipi-japa”…
Y el corazón estrujado
bajo el chaleco de alpaca!

¡La brisa que se amanece
y refresca por la cara…!
Los gallos que desentonan
perdidos en la distancia!

Y en la mañana de sombras,
que sus silencios hilvana,
voces de mando percuten
por el retén de la guardia…

Los fusiles, fulminantes,
florecen a la descarga
profundas rosas de sangre
subiendo por la garganta!

Estallan entre la boca
con un suspiro escarlata,
a flor de labios la vida,
en pétalos de hemorragia!

Mientras el cielo marino,
del Sol oblicuo en la playa,
cuaja en los ojos del Conde
los arreboles del Alba.

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